Puede que pienses que los demás tienen la capacidad de adivinar lo que pasa por tu cabeza y por ese motivo no expreses lo que te pasa.
Esa creencia de que por el solo hecho de estar físicamente presente el otro/a debe saber lo que pasa por nuestra mente, es un pensamiento bastante habitual, e invita a analizarlo.
En uno de los grupos, recuerdo una escena en la que una de las chicas que participaba, cuando le preguntaba cómo estaba, usaba expresiones del tipo, “ustedes ya saben”, para comunicarse con el resto de las compañeras del grupo.
En ese caso hicimos un ejercicio, y le propuse, a cada una de las demás chicas del grupo, que compartieran lo que creían que estaba pensando “Mariola”.
Cada una de ellas fue relatando a lo que creía que se refería Mariola cuando usaba la expresión “ustedes ya saben”.
Una de ellas dijo que creía que se refería a que había decido empezar a estudiar el Máster del que había hablado otras veces.
Otra compañera dijo que creía que se refería a que por fin había pensado en hablar con ese trabajador que no cumple las tareas.
Otra de las participantes dijo que creía que Mariola se refería a que su pareja había hablado con ella sobre como el estrés de su trabajo perjudica a la relación.
Otra dijo que creía que estaba cabreada pero que no sabía por qué.
Como podemos ver cada persona puede interpretar cosas diferentes de una expresión, gesto, palabra. E incluso aunque conozcamos mucho a la otra persona, como era este caso, dado que ellas venían compartiendo mucho tiempo en el grupo.
Puede que alguna de ellas se acercara a interpretar lo que quería decir Mariola cuando decía “ustedes ya saben”, pero la que realmente podía decir a qué se refería realmente, era ella misma.
¿De dónde viene esa creencia de que los otros deben saber lo que nos pasa o queremos exactamente?
Cada persona es única. Sus vivencias y experiencias sin duda, y su carácter y personalidad aunque pueden coincidir con otras personas en conjunto con lo anterior hace de cada uno de nosotros alguien al que descifrar.
El grupo es un espacio ideal para descifrarnos. Mientras más te conoces mejor puedes desempañar tu trabajo. Así puedes afinar mejor cuando te relacionas con el personal a tu cargo o cuando te relacionas con otros jefes.
Lo cierto es que un gesto puede significar diversas cosas y sólo podemos averiguar lo que significa para una persona concreta si esa persona concreta lo expresa.
Por eso es muy importante que como Jefe, Coordinador, Directivo, sepas expresar exactamente lo que quieres a los trabajadores que están a tu cargo. Si usas expresiones poco precisas lo puedes dejar a la interpretación del trabajador, y eso genera malos entendidos en la instrucción de la tarea.