
A veces sentimos que lo que pensamos es la realidad. Estamos tan convencidos de que eso que pensamos es cierto que lo defendemos a muerte.
Y tiene su sentido porque defendernos a muerte de algo es un mecanismo que usa nuestro cerebro para protegerse de lo que entiende que es un peligro, pero si nos pasamos de rosca, puede aparecer un problema que nos afecta personalmente y en la relación con los demás.
En nuestro día a día estamos expuestos a muchísima información que captamos a través de nuestros sentidos.
Si estás atento, justo ahora estás recibiendo información a través de lo que estás escuchando (ahora mismo), de lo que estás sintiendo en tu cuerpo (ahora mismo), de lo que estás viendo (ahora mismo), de lo que estás saboreando (ahora mismo) y de lo que estás oliendo (ahora mismo).
Así constantemente, por lo que es normal que nuestro cerebro necesite filtrar toda esa información que recibe para no colapsar y ahorrar energía.
Entonces con toda la información que va recibiendo durante toda tu vida, va creando lo que voy a llamar “paquetes de experiencias”. Esos paquetes de experiencias intentan darnos seguridad, certidumbres porque así nos sentimos relajados y tranquilos.
Esas experiencias pueden ser buenas (sanas, ricas, agradables, experiencias que me gusta y me hacen sentir bien), o experiencias malas (me producen malestar, les tengo miedo, no me gustan, me asustan, les temo, etc).
Pues bien, ante las experiencias malas, nuestro organismo intenta defenderse (parece normal, pues por naturaleza queremos sobrevivir y tenemos un instinto de conservación que nos cuida y nos lleva al placer y bienestar).
Pero, si nuestro organismo está siempre intentado protegernos, nos puede generar el efecto contrario y en vez de hacernos un bien (defendiéndonos) nos hace un mal, porque se desequilibra y empieza a ver amenazas en todos sitios y en todas las situaciones y eso nos genera un malestar mayor. Dicho de otra manera, el sistema de defensa que tenemos se descompensa.
Entonces la clave está en mantener un equilibrio. Te explico qué mecanismos usa nuestro cerebro para recoger información que nos puede lleva al desequilibrio:
Primero, nuestra mente crea pensamientos basados en nuestras experiencias. Esos pensamientos se convierten en “titulares” que vivimos como ciertos.
Por ejemplo:
Mi trabajo es muy agotador; Mis nuevos Jefes no saben trabajar; Mi madre no me quiere; Mi pareja no me escucha, Soy inseguro; Los demás no saben hacer las cosas bien; Tengo que ser buena madre; Tengo que tener experiencias en la vida para ser adulto; Ser celoso es de personas defectuosas; Tengo que ocuparme de las cosas de los demás; Mi pareja es mal padre, etc. (piensa en que eslóganes mentales tienes que los vives como verdades absolutas).
Segundo, cuando tenemos nuestro “eslogan” de pensamiento el cerebro va a recoger la información externa que confirme el pensamiento que tengo.
Y para eso usa lo que llamamos Sesgos de Información. Nuestro cerebro va a filtrar. Solamente va a quedarse con la información que confirme nuestras tesis y lo demás lo olvida.
Por ejemplo: «Pienso que mi pareja no me escucha».
- Entonces mi cerebro va a estar atento sólo a las veces que no me escucha (usa un sesgo de atención).
- Además va a fijar la atención sólo en ese aspecto, pasan más cosas que esas en la relación pero automáticamente voy a percibir eso nada más, tengo el radar puesto en eso (eso es un sesgo de percepción).
- Y además voy a olvidar aquellas cosas que haga mi pareja que no confirmen eso que pienso de que no me escucha. Es decir cuando me escuche, mi cerebro va a usar un sesgo de memoria, y al tiempito olvidará ese momento en el que me escuchó, volviendo a decir, ¡lo ves!, nunca me escuchas.
Piensa que el cerebro tiene el mandato de confirmar que eso que piensa es cierto. Es decir que la clave está en ir cambiando los pensamientos que tenemos en referencia a algunas situaciones, personas, experiencias, etc.
Para eso tenemos que repreguntarnos mucho sobre por qué tenemos ese pensamiento. Te pueden ayudar preguntas como:
¿Por qué será que tengo ese pensamiento, de dónde me viene ese pensamiento, si pensara de otra manera cómo sería, que beneficio obtengo de pensar de esa manera, de qué me estoy defendiendo, qué me preocupa para pensar así, y si eso que pienso no fuera cierto qué pasaría, es real eso que pienso ?, etc.
Es muy rico que te hagas muchas preguntas para que llegues a lugares nuevos que sean seguros para ti y puedas crear un pensamiento más sano que sustituya al anterior que tiene partes que son irreales, falsas.
El cerebro nos puede estar engañando, no por mala leche, lo hace porque está protegiéndote de lo que entiende que es un peligro, aunque de manera objetiva no lo sea. No la cojas contigo mismo, sé cuidadoso y comprensivo.
¿ENTONCES, SI ME ESTOY ENGAÑANDO, CÓMO SÉ QUE NO ESTOY EN LO CIERTO CUANDO TENGO ESE PENSAMIENTO?
Cuando recibimos la información a través de los sentidos ésta pasa un filtro, ese filtro puede estar distorsionado y nos muestra la realidad de una manera incompleta, nos la transforma y la vivimos dentro de nosotros como si fuera cierta tal y como la vivimos.
Esos “filtros” que usamos se llaman Distorsiones Cognitivas- Distorsiones de la realidad, y son mecanismos que usa nuestro pensamiento.
Imagina que estás en la calle y hace un día soleado precioso. Te dejo unas gafas de sol cuyo cristal es de color verde. Ese pequeño acto ha cambiado la realidad. Has dejado de ver los matices del resto de colores, todo lo ves de color verde. Algo parecido hace el cerebro cuando distorsiona la información que percibimos a través de nuestros sentidos, nos la cambia, era más real lo que veías sin las gafas. ¿Se rebela tu cerebro contra esto que acabas de leer?, pues sigue leyendo.
Ahora toca el momento de que conozcas esas distorsiones que usamos sin darnos cuenta pensando que la realidad es así. La idea es que compruebes si las estás poniendo en uso o no y cómo su uso puede estar haciendo que vivas en una especie de realidad paralela que te hace sentir mal contigo y con los demás. ¡Allá van esos filtros!
- Pensamiento polarizado o dicotómico. Pensamiento extremista (todo o nada). Lo usamos cuando Interpretamos la realidad en términos absolutos, sin tener en cuenta los puntos intermedios. Se confirma que lo usamos cuando recurrimos a argumentos como: siempre, nunca, todo, nada, jamás, todos, nadie.
Ahora, no te asustes por usar estas palabras, no se trata de que no las uses porque esas palabras tienen su significado, simplemente estate atento si lo usar de manera polarizada, de manera extrema. Al estilo, mi compañera de trabajo siempre deja el trabajo retrasado. Tendríamos que comprobar si es siempre, siempre, siempre o estamos distorsionando la realidad y no es tan extremo.
- Sobregeneralización – Generalización excesiva: Pasa cuando a partir de un hecho aislado concluimos que así será todas las veces. Si tuvimos una experiencia pensamos que el resto de las situaciones van a ser iguales. Y a lo mejor no.
- Abstracción selectiva o Filtro mental: Pasa cuando nos enfocamos solamente en algunos aspectos generalmente negativos que nos perturban. Y excluimos otras características de ese mismo hecho.
- Descalificar lo positivo: Pasa cuando de manera continua, habitual desconsideramos las experiencias positivas de manera automática.
- Sacar Conclusiones precipitadas: Pasa cuando asumimos algo negativo sin justificación empírica contrastada que lo justifique. Tenemos estas formas de precipitarnos.
- A través de la Lectura de Pensamiento: Cuando presuponemos o creemos adivinar las intenciones, actitudes, acciones o pensamientos de los demás.
- A través de la Adivinación: Cuando nos ponemos a predecir o profetizar el resultado de las cosas antes de que sucedan.
- Proyección – Proyectar. Pasa cuando le adjudicamos a los otros pensamientos, sentimientos que no aceptamos como propios porque nos generan angustia o ansiedad. Si decimos este trabajador es un vago porque no aceptamos que nosotros tenemos una parte vaga y proyectamos en el otro esa cualidad que es nuestra, estamos distorsionando la realidad. Puede que esa persona no sea vaga y lo seamos nosotros.
- Magnificación y Minimización. Pasa cuando disminuyes o aumentas la proporción de los hechos. Lo podemos hacer de estas maneras:
- Usando la Catastrofización o Visión catastrófica, lo hacemos cuando Imaginamos, especulamos y rumiamos el peor resultado posible, sin importar que lo que se nos ocurre sea improbable, también nos pasa cuando pensamos que la situación es insoportable o imposible de tolerar, cuando en realidad es incómoda (o muy incómoda) o inconveniente.
- La negación: nos pasa cuando tendemos a negar problemas, debilidades o errores.
- El negativismo: nos pasa cuando magnificamos los sucesos o aspectos negativos, y son obviados o desvalorizados los positivos.
- Razonamiento emocional: Nos pasa cuando formulamos argumentos basados en cómo nos sentimos en lugar de tener presente la realidad objetiva.
- Deberías: Nos pasa cuando nos concentramos en lo que pensamos que debería ser en lugar de ver las cosas como son. Cuando tenemos exigencias rígidas hacia los otros o nosotros mismos.
- Etiquetar: Nos pasa cuando asignamos etiquetas generales a algún hecho o persona sin tener en cuenta la situación de manera objetiva, respondemos de manera automática a ese hecho. Nos podemos etiquetar a nosotros mismo y a otros.
- Personalización o falsa atribución: Nos pasa cuando nos atribuimos a nosotros mismos a los demás el resultado de un hecho de manera automática sin contrastar o reflexionar. Cuando nos lo aplicamos a nosotros mismos nos puede producir ansiedad y culpa, y aplicado a otros produce enojo exacerbado y sensación de sentirse agobiado y perseguido por esa persona.
- Culpabilidad: Nos pasa cuando culpabilizamos a los demás de los problemas propios, o por el contrario nos culpamos a nosotros mismos de los problemas ajenos.
- Sesgo confirmatorio: Nos pasa cuando tendemos a sesgar la realidad, tanto en percepción como en valoración, para que encajen con nuestras ideas preconcebidas.
- Falacias:
- Falacia de control: Nos pasa cuando presuponemos que tenemos que tener el control y una responsabilidad excesiva sobre lo que ocurre a nuestro alrededor, con cierto sentimiento de omnipotencia; o por el contrario nos vemos incompetentes e impotentes en grado extremo para manejar los propios problemas, o sentirnos externamente controlados por otros o por las circunstancias.
- Falacia de justicia: Nos pasa cuando enjuiciamos como injusto aquello que no coincide con nuestros deseos, necesidades, creencias y expectativas personales. Tendemos a tener una visión de la vida con normas y criterios estrictos donde otras opiniones o alternativas se descartan.
- Falacia de cambio: Nos pasa cuando presuponemos que nuestra felicidad depende exclusivamente de los actos y conductas de los demás o de las circunstancias externas; exigimos cierta condicionalidad; esperando que la actitud de cambio venga de los demás, en vez de responsabilizarnos de nosotros mismos.
- Falacia de razón: Nos pasa cuando presuponemos ser poseedores de la verdad absoluta obviando opiniones ajenas; creemos que nuestras opiniones y acciones son las correctas y válidas e intentamos continuamente demostrarlo ante nosotros mismos o ante los demás con argumentos elaborados pero falaces; no toleramos equivocarnos y hacemos lo posible para evitarlo.
- Falacia de recompensa divina: Nos pasa cuando esperamos que en un futuro los problemas mejoren por sí solos sin tomar una actitud proactiva; o que seremos recompensados de alguna forma.
Recuerda que observar si estás usando alguno o varios de estas Distorsiones te puede ayudar a sentirte mejor sobre todo cuando te relacionas con los demás, porque es cuando nos relacionamos cuando de manera más intensa podemos tirar de distorsiones que nos hagan más llevadera la información externa que recibimos que nos asuste o temamos.
Deja una respuesta